14 may 2010

Trasnochar.

Hay demasiados motivos por los que prefiero irme a dormir un viernes temprano. Una de ellas es, que termino oxidando el cerebro de tanto maquinar con respuestas que nisiquiera tienen una explicación explícita. Por qué actuamos así, porque somos tan sumamente ''gilipollas'' y en un sentido totalmente literal. Hay personas de todo tipo, pero yo podría agruparlas en simplemente dos : Los gilipollas, y los sumamente gilipollas. ¿Cuales son los gilipollas? Fácil. Son personas inteligentes, saben controlar sus pensamientos, maquinar ideas y respuestas a todas aquellas dudas, simplemente para quedar bien ante toda la gente que le rodea. Tienen un olfato desarrollado, el instito y el acecho por las presas fáciles, aquellas personas manipulables que nisiquiera escupen palabras de su boca por que la tienen cosida con hilo y clavada con miles de agujas. Son esos gilipollas...que son gilipollas por el hecho de que viven la vida como un tablero de ajedrez. Mueven peones, los controlan a su gusto, ¡pum! atacan con el caballo. Luego continuan bloqueando con las dos torres, hasta hacer el jodidísimo jaque mate.
Luego están...los grandes gilipollas. A los que hay que coronarlos. Ingenuos, dan afecto, entregan cariño y simplemente se atreven a querer. Son soñadores, sonríen aunque por detrás estén siendo disparados constantemente por balas y no lleven un antibalas. Son buenas personas. Algo que en esta sociedad, la del siglo XXI, solo te lleva a la desembocadura del fracaso.

Comprendo ahora por que en la ignorancia se vive mejor. Me gustaría tener, de alguna forma, alguna barrera que se interpusiese entre mi yo y el mundo. Algo que me haga cambiar de opinión respecto a todo lo que veo. O simplemente verlo de diferente forma. Es triste, me lastima pensar así de la esfera azul en la que vivo. Pero también me desespera la avaricia y el poco pudor por saber que mientras tú vives entre lujos, cosas materiales y todo aquello que está nada más y nada menos que de adorno, incluso más que un árbol de Navidad, los demás, todas aquellas personas que convivimos el día a día, nos desvivimos por mantener a la gente que queremos, por la que luchamos y daríamos nuestra propia vida, seamos objeto utilizable, machacable y reutilizable de aquellos gilipollas que solamente viven para ellos mismos.
Nadie se gira para mirar atrás. Ver todo lo que dejas, todo aquello que muere como todo lo que marchita, que es frágil, que cobra vida y, aunque tú no lo creas, siente.
Por eso no hay nada peor que sentir. No hay nada peor que ser lo que no encaja en este puzzle que no es nada más y nada menos que un gran revuelto de productos baratos, de marca blanca y que solo se encarga de contaminar todo aquello que podría ser algo más que un sitio en el que establecerse.

Prefiero parar de pensar.
00:14.

1 comentario:

  1. me encanta ,, todas las entradas son geniales ! tienes razon en todas y cada una de ellas, y la de los gilipollas, esque vamos, la clavas.. ! salu2
    PD: visitame:
    http://historiadehistorietista.blogspot.com

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