30 ene 2010

Colores.


¿Te han contado la historia de los colores?


- Está a solo un centímetro de tí. Gírate, te está observando. No te asustes, pequeña, solo quiere ayudarte. Me ha dicho que tus ojos brillan como las estrellas. También me ha contado que tu pelo son alfileres punzantes, provocan deseo, deseo prohibido. La belleza de tu cintura. Me ha dicho que tiene ansias de tí. ¡No te gires aún! Espera un poco más. Te ha traído una rosa. Está gris, apenas tiene color. Se ha marchitado. Me ha dejado la rosa y un papel, un papel para tí. Me ha dicho que eras la chica de los colores.

'No sabes quién soy. Yo sí sé quién eres. Llevo conociéndote mucho tiempo. Eres preciosa, eres increíblemente bonita. Tan bonita como un camino de rosas. Tan dulce como un perfume que huele a vainilla, rozando tus pómulos, llegando a tus sentidos. Tan débil como un pétalo de rosa floreciendo en mitad de la primavera. No sé de que forma decirte esas dos palabras que son tan fáciles de decir. A mí me cuesta incluso más que atarme los nudos de los zapatos con los ojos vendados. Llevo escribiéndote desde el día que contemplé la profundidad de tus ojos y me hundí en tu mirada. Ese día en el que se me cayó el monedero del bolsillo y apareciste por detrás, preguntándome si era mío. ¡Nisiquiera era mío, Lilly! ¡Lo acepté para tocar tus cálidas manos! Sé que nunca podré tenerte. Sé que nunca me querrás por ser lo que soy. Te gusta el olor a hombre y profundizarte en ello. Te quiero Lilly. Siempre tengo una rosa que me recuerda a tí en un jarrón. Dije que el día que marchitase te la daría, para que le dieses color a la rosa. Por que...¡Tú eres los colores de mi mundo! No quieras saber quién soy, Lilly. Aunque ya te halla dado la clave de que no soy el hombre poético que te gustaría que fuera, un hombre. Me voy a largar de aquí. He estado demasiado tiempo esperando algo que nunca llegará. Y que probablemente jamás olvide. Gracias por haber dado colores a mi vida, pero la rosa ha marchitado y los colores te los has llevado.
Te quiero, mi chica de los colores.


Lo que no sabía ella, es que Lilly siempre estuvo esperando su llegada. La llegada que nunca llegó. Y con un leve suspiro, Lilly se asomó a la ventana, miró al reloj y dijo para sí :
'Y así es como la cobardía venció al amor.'

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