23 ene 2010

Yo y el Whisky.


Vivo en un desequilibrio. En una montaña rusa, que da vueltas y el mundo se me hace nubloso, incluso diría que perdido.

Le daba vueltas al vaso, saboreando el Whisky. Mmm, un sabor fuerte. Siempre le preguntaron por qué empezó a tomar Whisky, por qué se convirtió en puro desorden, su vida ya no era la de antes y todo se disminuyó a lo que es hoy. Hoy él no es nada. Quién lo viese no diría que había sacado una carrera para medicina. Nadie diría que fue el hijo perfecto. Nadie podría entender hasta que límites cambia una persona de un día para el otro. No habían motivos para que estuviese así, o eso pensaba la gente cercana que le rodeaba.
Bebió el Whisky de un trago y estalló de risa. Entonces, en el mismo instante que se reía, sus lágrimas brotaban, rozando sus pómulos. Nadie se paró a mirarlo, no fueron a socorrerle. Llevaba dos años, en el mismo sitio de siempre, a la misma hora, y un vaso de Whisky.
Cogió el vaso, le dió vueltas de nuevo, viendo como el líquido giraba en torno al movimiento dónde se encontraba preso. Hoy era su cumpleaños, nadie lo sabía. Salió del bar, con el vaso en la mano izquierda, tambaleándose y llendo a su callejón, el de la calle 33. Huyó hacia la oscuridad, tendiéndose en el suelo, entre el cartón y la piedra, con la espalda apoyada sobre la pared. Al lado de él, una vieja mochila, abultada de lo vacía que estaba. Apoyó el vaso en el suelo, y metió sus manos en los bolsillos. Al instante, metió las manos en la mochila, temblorosas e indecisas. Sacó de él, una simple foto. Un joven, atractivo, flequillo ondeado por la brisa, ojos azules, profundos y llenos de brillo, y una joven al lado. Rubia, de ojos verdes, ligeramente guapa y natural. Su sonrisa era verdaderamente bonita.
Estalló de nuevo, pero esta vez a llorar. Y giró la carta, leyendo lo que escribió, la última vez de su vida que lo hizo.

Te quise, y te querré. Siempre serás mi musa. Nunca te perderé, tú me guiarás haya dónde vaya, dónde iré. Viviré soñando por que no quiero despertar en un sitio donde tú no existas. Viviré volando porque sueño con llegar hasta donde estés. Viviré exhalando el olor de la primavera, cuando estás más presente en mí. Viviré esperando, hasta que marchite. Viviré por que cada uno de mis latidos marcan tu nombre, tus susurros, tu sonrisa, cada uno de los rizos de tu cabello, cada beso en el que pude saborearte. Viviré mirando las estrellas, por que cada una me cuenta lo que estarás haciendo, y te mandaré cartas desde ellas, cartas de amor. Viviré en silencio, esperando tu llegada, y llegará. Viviré entre los coches, por que cada motor que se enciende ruge como cada vez que rugías de ardor, los dos. Viviré con un vaso de Whisky, que simboliza tu carácter, fuerte y valiente, viviré con el vaso de Whisky, por que simboliza tu color y tu sabor. Viviré contando las estrellas, porque ellas me cuentan los días que faltan para volver a querernos. Viviré por tí. Viviré contigo y un vaso de Whisky.'

Todos saben la historia del viejo de la calle 33.

2 comentarios:

  1. me encanta!!!!!
    De verdad, deberías pensar seriamente hacerte escritora o algo!
    O presentar lo que escribes a concursoos :)
    hay algunos que dan mucho dinero e.e

    enfiin, que sigas escribiendo, que lo haces genial!


    Atte: Emma Cdw :)

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  2. A veces es mucho más fácil vivir solo con un vaso de whisky.
    Genial :)

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